Puedo pasar la vida contando los exactos lunares de tu espalda, siguiendo en el espejo tu mirada, ahuyentando tus fantasmas, siéndome un poco tú. Puedo pasar la vida, pero vivir, Amor, es mucho más que eso; es crecer y dormir y envejecer contigo, reñir y bromear, y no vernos a veces o vernos como extrañas alguna madrugada. Es la recia costumbre que de pronto centellea como una preciosa pasión